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Estudios sobre la Independencia Económica del Perú

Estudios sobre la Independencia Económica del Perú

Estudios sobre la Independencia Económica del Perú

Autores: Juan Copello y Luis Petriconi
  1. Casa editora: BCRP / IEP
  2. Serie Historia Económica, 33
  3. ISBN digital: 978-9972-51-732-7

Sobre la obra:

Durante los primeros meses de 1876, los inmigrantes italianos Juan Copello y Luis Petriconi publicaron una serie de artículos que constituyeron todo un programa para lo que llamaron “la independencia económica del Perú”. Ambos provenían de la Italia que había vivido el proceso heroico y dramático de la unificación, uno de cuyos componentes más importantes fue, desde luego, el nacionalismo.
En el Perú, Copello y Petriconi, que gozaban de una educación muy superior a la media de los peruanos, se dedicaron a diversos negocios y a la docencia; su experiencia europea y su sensibilidad les permitieron trazar un diagnóstico de los males de la economía del país, a la vez que un programa de reforma que debía conseguir el progreso de la producción y el comercio, así como su independencia de las exportaciones de materias primas como el guano y el salitre, a las que la suerte del Perú parecía totalmente atada en la época en que publicaron sus ideas. Esta nueva edición del texto viene acompañada de un estudio introductorio de Giovanni Bonfiglio y del prólogo con que Jorge Basadre acompañó la reedición que hace casi medio siglo promovió Pablo Macera. Trae además fotografías y un material ilustrativo virtualmente inédito. Se trata de un texto imprescindible para la comprensión de nuestra historia económica y que en nuestros días mantiene una perturbadora actualidad.

Sobre los autores y el editor académico:

Juan Copello nació en Chiavari, provincia de Génova, en 1811. Se graduó de Médico en la Universidad de Génova, en 1834. En 1841 llegó al Perú, llamado para desempeñarse como docente en la Escuela de Medicina de San Fernando. Fue precursor de las transfusiones de sangre y publicó diversos informes científicos. Cumplió un rol destacado en el combate a la fiebre amarilla que asoló Lima en 1868. Fue también dirigente y médico en el Hospital Italiano. No tenemos información acerca de la fecha de su deceso.
Luis Petriconi nació en Montelanico, pequeña comuna de la provincia de Roma, en la primera mitad de la década de 1830. Siendo aún estudiante de Letras tomó parte de la defensa de la “República Romana” de 1849. Militó en la “Giovane Italia”, movimiento político clandestino de tendencia republicana. Debió huir de Roma luego de la derrota de las revueltas de 1849. Llegó al Perú a mediados de la década de 1850 junto con otros refugiados políticos. Estuvo dedicado a la docencia y también a actividades empresariales. Luego de una corta estadía en Lima, residió en Ayacucho y luego en Abancay, donde murió en 1893.
Giovanni Bonfiglio es sociólogo e historiador, graduado en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Se ha desempeñado como docente universitario y ha hecho estudios sobre temas de desarrollo social, con énfasis en aspectos rurales y sobre inmigración. Entre otros escritos, ha publicado: Los italianos en la sociedad peruana. Una visión histórica (Unión Latina, 1993); La presencia europea en Perú (Fondo Editorial del Congreso de la República, 2001) y Antonio Raimondi, el mensaje vigente (Universidad de Lima, 2004). Actualmente es investigador del Instituto del Perú, de la Universidad de San Martín de Porres.

Contenido:

Estudio introductorio
Los estudios de Copello y Petriconi como parte de la “literatura de la crisis”; por Giovanni Bonfiglio

Prólogo
Jorge Basadre

Al benévolo lector

  1. I. Introducción
  2. II. Situación económica del Perú – Los productos de su exportación vistos en relación con los consumos de su importación.
  3. III. Causas del equilibrio económico y aun de la prosperidad comercial de estos últimos años y causas del desequilibrio actual del comercio y de las presentes angustias.
  4. IV. Medios que se han intentado para conservar cierto equilibrio con respecto al comercio extranjero.
  5. V. (Continúa...) – Del salitre.
  6. VII. (Continúa...) – Venta de bienes nacionales, la de manos muertas – Venta de terrenos inútiles y eriazos – Un banco nacional.
  7. VIII. Otras ilusiones teóricas, los ferrocarriles. – La inmigración – Los bancos
  8. IX. Conclusión – Cotejo de la situación económica del Perú en 1846, o antes del guano, con la que se ha formado en estos 30 años o en 1876.
  9. X. Utilidad inmensa de esta crisis económica y comercial si puede abrir los ojos de los hombres pensadores, sobre los peligros del presente y las esperanzas del porvenir.
  10. XI. Recursos grandes que la providencia ha dado al Perú – Aquí no faltan los hombres sino el hombre
  11. XII. (Continúa...) – De los productos peruanos en relación con las artes, industria y comercio.
  12. XIII. Punto de vista único y defensivo en que proponemos el fomento de la industria peruana, proteger la industria sola que conviene y para defender nuestro mercado.
  13. XIV. Influencia grande y útil que necesariamente tendría el fomento de las artes sobre los productos agrícolas.
  14. XV. Si se quiere salvar la Independencia Económica del Perú, es preciso proclamar altamente estos dos principios: – La organización del trabajo – El sistema proteccionista o protección del trabajo nacional.
  15. XVI. De qué modo se puede organizar el trabajo nacional para el fomento de la industria – Respuesta a varias objeciones – Del espíritu de asociación.
  16. XVII. (Continúa...) – Examen de otra objeción relativa a la falta de capitales – De qué modo puede suplirla la protección del Congreso y del Gobierno.
  17. XVIII. (Continúa...) – Examen de otra objeción relativa a la falta de hombres especiales que entiendan las diferentes empresas.
  18. XIX. (Continúa...) – Examen de otra objeción: la falta de un pueblo trabajador y moral en ambos sexos
  19. XX. (Continúa...) – De la inmigración vista en relación con la proyectada organización del trabajo nacional.
  20. XXI. (Continúa...) – Examen de la última objeción, peligro de las revueltas y de la inconsecuencia de los Gobiernos y de los Congresos.
  21. XXII. Conclusión – Tenemos todos los medios, todas las ventajas, todos los alicientes para organizar el trabajo nacional.
  22. XXIII. El segundo punto de nuestro plan económico, es la protección del trabajo nacional, es el sistema proteccionista bien organizado – Respuesta a las objeciones, 1.° No queremos introducir todas las industrias XXIV. (Continúa...) – 2.º: Respuesta a otra objeción sobre lo caro del salario respecto de la competencia extranjera.
  23. XXV. (Continúa...) – 3.º: Respuesta a otra objeción: proteger la industria nacional es fomentar el contrabando.
  24. XXVI. (Continúa...) – 4.° Respuesta a otra objeción; si se pueden alterar los aranceles sin alterar profundamente el presupuesto .
  25. XXVII. (Continúa...) – Si la alteración eventual de nuestros aranceles puede atraernos dañinas revanchas del comercio extranjero.
  26. XXVIII. Conclusión: Podemos y debemos proclamar francamente el sistema proteccionista y llevarlo a cabo con decisión como lo hacen todos los Gobiernos – Verdad nueva y triste: el comercio extranjero nos abandona; se trata de suplirlo con nuestros esfuerzos.
  27. XXIX. Medios con que llevar adelante la protección del trabajo nacional – Institución de un ministerio nuevo o de Fomento que presida a todos los ramos de la industria, atribuciones importantes que debe tener.
  28. XXX. (Continúa...) – Institución de una comisión o consejo de fomento permanente que sea el intermediario entre las clases industriales y el supremo gobierno.
  29. XXXI. De qué modo pueden el Gobierno y el pueblo cooperar simultáneamente al fomento de la industria nacional – Sociedades económicas – Exposiciones anuales de la industria – Escuelas de ornato, dibujo y arquitectura – Concursos y premios.
  30. XXXII. (Continúa...) – Ya el Perú entró en este camino, con el Instituto de agricultura, el de artes y oficios, y las exposiciones de la industria nacional – Es preciso continuar, completar, y perfeccionar – Importancia de un periódico que sea el órgano de la sociedad económica.
  31. XXXIII. De qué modo puede el Poder Legislativo cooperar al fomento de la industria nacional – Leyes sobre terrenos incultos y eriazos – Leyes sobre irrigación – Leyes sobre locaciones, enfiteusis y desahucio.
  32. XXXIV. (Continúa...) – Leyes restrictivas sobre el comercio extranjero, y muy liberales sobre el comercio interno, salvando las nuevas industrias de toda traba departamental o municipal – Leyes sobre privilegios, protección directa en forma de empréstitos.
  33. XXXV. Necesidad, posibilidad, y aun facilidad de llevar adelante la organización del trabajo nacional – Ventaja que resulta de que se forme por iniciativa privada.
  34. XXXVI Indicación de las industrias que no conviene emprender por ahora y que acaso pudieran desarrollarse más tarde y en otras circunstancias; y de las que conviene introducir o fomentar inmediatamente – Productos minerales.
  35. XXXVII. (Continúa...) – De los productos de agricultura, y de la pastoricia de que conviene ocuparse inmediatamente; y de los que no conviene por ahora sino más tarde.
  36. XXXVIII. (Continúa...) – De los intereses agrícolas vistos en relación con los bancos hipotecarios.
  37. XXXIX. (Continúa...) – De las artes existentes en el país que se pueden extender y perfeccionar, de las industrias nuevas que se pueden introducir y de las en que no conviene pensar por ahora.
  38. XL. Efectos inmediatos de nuestro plan si llegase a realizarse serían de aumentar la producción y exportación de las materias primas, y disminuir la importación del comercio extranjero, lo que llevaría poco a poco el equilibrio y la prosperidad.
  39. XLI. Resumen de las ideas expuestas hasta ahora sobre nuestro plan, y efectos que tendría su actuación en el desarrollo de la industria nacional necesaria a nuestra Independencia Económica.
  40. XLII. Efectos que el plan propuesto tendría sobre la repartición de la riqueza, la prosperidad general, la consumación interna y el aumento de la población moral y satisfecha.
  41. XLIII. Efectos que tendría sobre la futura inmigración libre, y de variadas industrias.
  42. XLIV. Dos palabras más todavía sobre inmigración – Efectos del trabajo y del bienestar material; vida barata y fácil, colocación en el bienestar moral y en el orden público.
  43. XLV. Efectos del plan económico que divisamos sobre la repartición de las carreras sociales; y sobre la enseñanza de ciencias, artes y oficios.
  44. XLVI. Efectos que tendrá la nueva situación económica que se forme sobre las futuras relaciones comerciales del Perú.
  45. XLVII. Efectos de la crecida prosperidad material sobre las rentas de aduana, y las contribuciones municipales para gastos de instrucción, beneficencia, seguridad, ornato, etc.
  46. XLVIII. Conclusión – Dos caminos quedan al Perú, el de la inercia y el del trabajo – Problemas que se resuelven con el programa del trabajo – Se responde a los librecambistas con el ejemplo de Estados Unidos y Francia – El plan propuesto no es solo bueno sino el único que se divisa para conseguir la Independencia Económica del Perú.

 

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