Resumen |
Motivado por la experiencia de China, analizamos una economía semi-abierta donde
el banco central tiene acceso al mercado internacional de capitales, sin embargo el sector
privado no lo tiene. Ello permite que, el banco central escoja una tasa de interés que es
diferente a la tasa internacional. Se examina la política óptima del banco central al modelarlo
como un planificador a lo Ramsey, el cual puede escoger el nivel de deuda pública doméstica y el
nivel de reservas internacionales. El banco central puede mejorar las oportunidades de ahorro de
los consumidores con restricciones crediticias a la Woodford (1990). Se encuentra que, en estado
estacionario, es óptimo para el banco central replicar una economía abierta, es decir, para
emitir deuda financiada por la acumulación de reservas de modo que la tasa de interés doméstica
se iguale con la tasa extranjera. Cuando la economía está en transición, sin embargo, un rápido
crecimiento de la economía tiene un beneficio mayor sin movilidad de capitales y la tasa de
interés óptima difiere de la tasa internacional. Se argumenta que la tasa de interés doméstica
debe estar temporalmente por encima de la tasa internacional. También se encuentra que los
controles de capitales todavía pueden ayudar a alcanzar el primer mejor cuando el planificador
tiene más instrumentos fiscales. |